"Aquellos que se jactan de no tener miedo y reniegan de él nunca podrán disfrutar del portencial que éste ofrece"
---Ylrahs.
DATOS PERSONALES
Nombre: Carlos.
Fecha de nacimiento: 16 de octubre de 1989.
Ciudad: Granada.
País: España.
Fecha de ingreso: Diciembre de 2009.
Nick principal: Ylrahs.
Otros Nicks: Sharly, Vibius Caesar.
Rango: Guerrillero.
Historial: Star Wars: The Old Republic.
CONDECORACIONES
HISTORIAL - STAR WARS: THE OLD REPUBLIC
Nombre: Ylrahs.
Raza: Humano.
Facción: Imperio Sith.
Clase: Guerrero Sith.
Trasfondo
Cuando se enteró de que un maestro sith iría a visitarlo, Fesoy sitió al principio miedo. ¿Por qué iba a visitar a un simple suboficial un poderoso maestro sith si no es para castigar alguna mala conducta? Pero Fesoy había sido siempre un leal servidor del Imperio, un militar condecorado que en sus 10 años de servicio había ascendido mucho más rápido que el resto de soldados. El día que el maestro llegó, Fesoy lo saludó correctamente, y preguntó:
- ¿A qué se debe su visita, señor? ¿He fallado en algo a mi patria?
- No se preocupe, suboficial Turlk, mi visita no tiene ningún carácter punitivo.
- Entonces ¿a qué se debe su inmerecida presencia?
- Vengo por su chico.
El miedo de Fesoy se convirtió en alivio, a la vez que en duda. ¿Qué puede esperar un maestro sith de un pequeño de 5 años?
- Su hijo tiene la suerte de haber sido bendecido con una capacidad que tenemos sólo algunos. -dice el maetro- Hemos comprobado que su hijo podría llegar a ser un Lord Sith con el debido entrenmiento, y su edad es perfecta para empezar. Ya sabe usted que las leyes imperiales obligan a los padres de estos niños a dejarlos a cargo de un maestro. Me han elegido a mí para tal tarea, por cierto.
- No, no se preocupe. -responde Fesoy, lleno de orgullo- Si lo que dice es cierto, de ninguna otra manera podría servir mejor mi hijo al Imperio, y si algo busco para mis hijos es un Imperio del que formen parte y se sientan orgullosos, que disfruten y participen de su gloria. Si es la voluntad imperial, irá con ustedes.
Cuando fue a por el chico, estaba jugando con sus muñecos.
- Ylrahs, ha venido un señor. Dice que quiere llevarte con él para convertirte en un poderoso guerrero al servicio del Imperio.
- Pero yo quiero estar aquí con vosotros.
- Lo sé, hijo, y te aseguro que yo te echaré mucho más de menos de lo que tú lo harás, pero ya sabes lo que te he enseñado. Si queremos obtener la gloria para nosotros y para nuestro Imperio, debemos hacer sacrificios, debemos aceptar el destino que el Imperio nos encomiende, y ante todo ser leales. Sé leal a tu maestro, porque él será tu guía desde el momento en el que cruces nuestra puerta.
- Vale papá, -decía Ylrahs mientras lloraba- te quiero.
- Te quiero mucho hijo.
En la Academia de Korriban se fue formando el guerrero sith. Mientras que algunos de sus compañeros sentían cada vez más curiosidad sobre la Fuerza y su inagotable poder, Ylrahs sin embargo disfrutaba con otros de la gran diversidad de estilos de combate con el sable láser. De ese cachibache sin duda se enamoró pronto, de su sonido celestial. Aprendió los verdaderos valores de los sith: la pasión, la fuerza, el poder, la victoria, y la verdadera libertad. No es la libertad aquella que permite ir a sus anchas a los ciudadanos, y que no inculca valor ninguno: eso es dejadez, no libertad. La libertad imperial se basa en la unión férrea de la sociedad mediante unas leyes y un sistema que asegure que sus ciudadanos sean parte del Imperio, y por tanto, grandes y libres. La libertad imperial es el castigo a aquellos que atentan contra el Imperio, pues ellos intentan destruir nuestra libertad. La libertad imperial requiere el sometimiento a su sistema, a su Emperador, y a sus líderes. Ellos salvaguardan nuestra libertad defendiéndola de aquellos que, sabiendo que los simples ciudadanos somos vulnerables y fáciles de engañar, intentarán utilizarnos para su bien propio. La democracia no es la libertad, porque deja las conciencias de sus gentes en manos de aquellos que saben cómo manipularlas y todos quedan deshumanizados. El Imperio nos da una gran misión y unos grandes líderes que nos defienden y nos hacen ser verdaderas personas.
Cuando ya se convirtió en un guerrero sith, fue asignado a Custodia Lunar, una organización afiliada al Imperio y con la que iniciaría sus misiones con el fin de agrandar la gloria del Imperio, y por tanto, la propia y la de otros muchos.
